Plateado al humo
Para realizar nuestro experimento necesitamos un tapón de corcho, una aguja de tejer lana, una vela y un vaso con agua.
En primer lugar se clava el tapón de corcho en el extremo de la aguja y se pone sobre la llama de una vela. Se pretende ahumar o carbonizar la superficie del tapón de corcho.
Al meter el tapón de corcho ahumado en un vaso con agua se verá plateado.
Explicación
La superficie ahumada o carbonizada no es mojada por el agua. De esta forma, el agua que rodea el tapón de corcho carbonizado forma una superficie libre sobre la que se refleja la luz como en una superficie plateada.
¿Sube o baja?
Para realizar nuestro experimento necesitamos una botella de plástico de 1´5 litros, una hoja de papel y unas cerillas.
En primer lugar hacemos un par de agujeros en la botella de plástico, uno en la parte superior y otro cerca de la base de la botella.
Luego cogemos la hoja papel y recortamos un rectángulo de 10x15 cm. Enrollamos el papel para obtener un pequeño cilindro de unos 15 cm de longitud. Por último se introduce el tubito de papel por el agujero superior de la botella.
Al encender el tubito de papel con una cerilla se forma una pequeña llama y se observa que por el otro extremo del tubito sale una columna de humo muy denso que cae dentro de la botella. En el exterior apenas hay humo.
Si tapamos el agujero inferior con un dedo se apaga el tubito de papel y no sale humo.
Explicación:
Al quemar el tubito parte del papel se desprende en forma de partículas que, junto con los gases que se forman en la combustión y el aire forman el humo.
En circunstancias normales, el humo asciende arrastrado por el aire caliente de la combustión (corrientes de convección)
En nuestro experimento, el humo que se produce en la parte interior del tubito viaja a lo largo de él. En el interior de la botella no hay aire caliente, de manera que cuando el humo sale por el extremo inferior del tubito no se producen corrientes ascendentes de convección y el humo (más denso que el aire) se precipita al fondo de la botella.
Qué atrevida!... o quizá no tanto?
Para realizar nuestro experimento necesitamos un vaso con agua y una pelota de ping pong.
Primera parte:
Llenamos el vaso con agua sin alcanzar el borde del vaso. Colocamos la pelota de ping pong sobre la superficie del agua y vemos que la pelota se desplaza hacia el borde del vaso. Cuesta mucho lograr que la pelota se quede en el centro del vaso.
Segunda parte:
Ahora llenamos completamente el vaso con agua (mejor si empleamos un cuentagotas). En este caso, al colocar la pelota de ping pong sobre la superficie, permanece en el centro del vaso. Si se desplaza del centro regresa inmediatamente al mismo sitio.
Explicación
En el primer caso el agua sube por las paredes del vaso formando un menisco cóncavo (la superficie del agua se curva hacia arriba). Al colocar la pelota de ping pong sobre la superficie del agua sucede algo parecido. El agua sube por las paredes de la pelota formando otro menisco cóncavo.
Si se aproxima la pelota a la pared del vaso se unen los dos meniscos, aumentando la tensión superficial del agua por la parte próxima a la pared del vaso. Por este motivo la pelota se pega a la pared del vaso.
En el segundo caso, con el vaso completamente lleno, el agua sobresale del borde del vaso formando un menisco convexo. La superficie del agua se curva hacia abajo justo en el borde del vaso.
Al colocar la pelota sobre la superficie del agua la tensión superficial actúa en todas direcciones pero es menor en la parte próxima a la pared del vaso por la curvatura de la superficie. Por este motivo la pelota regresa al centro del vaso.
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