...mira que te está mirando!
Dos tutoriales que explican cómo realizarlo:
Y, a disfrutar de una ilusión óptica con historia!
La ilusión fue diseñada para el encuentro anual Martin Gardner, en Atlanta, Georgia.
La ilusión fue diseñada para el encuentro anual Martin Gardner, en Atlanta, Georgia.
El 22 de mayo hizo un año que falleció Martin Gardner a los 95 años de edad. Fue un divulgador científico y filósofo de la ciencia, muy popular por sus libros de matemática recreativa. Entre ellos Mathematical Carnival, 1975, Alianza Editorial, El libro de bolsillo 778, 1995.
Saltó a la fama gracias a su columna mensual Juegos matemáticos, publicada en la revista de divulgación científica Scientific American.
(Fuente)
Más información de este estupendo Dragón
El sábado, 22 de mayo de 2010, se fue, con 95 años de edad, un gran divulgador de ciencia y, sobre todo, uno de los escépticos más rigurosos y ponderados: Martin Gardner. No en vano, Gardner es autor de más de 70 libros, muchos de ellos dedicados a desenmascarar charlatanes: a su juicio, una de las mejores maneras de aprender ciencia es desenmascarar a sus charlatanes y vendedores de humo.
Por ello, Gardner también escribió una columna en la revista Skeptical Inquirer, dedicada a la investigación científica de los fenómenos paranormales, con el objetivo de poner en evidencia los fraudes científicos, y fue fundador en 1976 de lo que ahora es el Comité para la Investigación Escéptica (CSI) junto con sus amigos Paul Kurtz y James Randi.
Es a Martin Gardner a quien se le atribuye una de las máximas escépticas más repetidas: una carcajada vale más que mil silogismos.
Gracias a diferentes encuestas, hoy sabemos lo ignorante que es la población general en cuestiones de ciencia (además de estar compuesta por gran número de borregos y ciudadASNOS). En la actualidad, casi la mitad de los adultos de Estados Unidos cree en la astrología, en ángeles y demonios, y en que estamos siendo observados por extraterrestres llegados en ovnis que abducen con frecuencia a seres humanos. Más de la mitad cree que la evolución es una teoría no demostrada.
En esta coyuntura, la figura de Gardner fue fundamental, como esa pequeña tuerca que, de faltar en un complejo mecanismo, provoca que todo él se descoyunte. Stephen Jay Gould dijo de él:
"Gardner, posiblemente el más ingenioso “desenmascarador” de fraudes científicos de nuestra época, hace uso de décadas de experiencia para desbaratar las proclamaciones de la Nueva Era y las investigaciones dudosas de eminentes científicos. Afrontando las máximas de la seudociencia con una mirada aguda y escéptica. (…) Durante más de medio siglo, Martín Gardner ha sido el faro más luminoso en la defensa de la racionalidad y la auténtica ciencia."
El monstruo de la página fue creado, basándose en una idea del conocido mago e ilusionista Jerry Andrus, por Binary Arts (ahora ThinkFun, una empresa de los Estados Unidos dedicada a la creación de juegos y rompecabezas, para repartir en la tercera edición de Gathering for Gardner, el encuentro que los aficionados a las matemáticas recreativas realizan periódicamente en honor a Martín Gardner.
Nuestros rostros son en su mayor parte convexos, es decir, salientes. Son salientes la nariz y las cejas, y en menor medida los pómulos y los labios. La zona de los ojos, en cambio, es entrante, cóncava: se encuentra más atrás que el resto de los rasgos de la cara. Todo esto lo comenzamos a aprender desde el momento en que nacemos, mirando la cara de nuestros padres. Y lo aprendemos tan bien que tendemos a considerar cualquier imagen de un rostro como si fuese convexa. Ahora bien, cuando pasamos frente a alguien mirándolo a la cara, a medida que nos desplazamos vemos que las partes que sobresalen más van ocultando a los otros rasgos: primero la punta de la nariz oculta una mejilla, luego el dorso de la nariz oculta parte de un ojo. Por eso, cuando pasamos frente a un rostro plano (como el de los retratos), o cóncavo (como el del modelo de la página siguiente), inconscientemente lo consideramos convexo. Pero ahora los rasgos salientes no ocultan a los rasgos entrantes. Al contrario, seguimos viendo los ojos del retrato en todo momento. Y la única forma de que esto tenga sentido es considerar que el retrato o el modelo giran la cabeza mientras pasamos, siguiéndonos con la mirada.
Martín Gardner fue famoso gracias a su columna “Juegos matemágicos” en la revista Scientific American, en la que a lo largo de 30 años escrició sobre paradojas matématicas. También escribió multitud de libros sobre matemáticas y filosofía.
El sábado, 22 de mayo de 2010, se fue, con 95 años de edad, un gran divulgador de ciencia y, sobre todo, uno de los escépticos más rigurosos y ponderados: Martin Gardner. No en vano, Gardner es autor de más de 70 libros, muchos de ellos dedicados a desenmascarar charlatanes: a su juicio, una de las mejores maneras de aprender ciencia es desenmascarar a sus charlatanes y vendedores de humo.
Por ello, Gardner también escribió una columna en la revista Skeptical Inquirer, dedicada a la investigación científica de los fenómenos paranormales, con el objetivo de poner en evidencia los fraudes científicos, y fue fundador en 1976 de lo que ahora es el Comité para la Investigación Escéptica (CSI) junto con sus amigos Paul Kurtz y James Randi.
Es a Martin Gardner a quien se le atribuye una de las máximas escépticas más repetidas: una carcajada vale más que mil silogismos.
Gracias a diferentes encuestas, hoy sabemos lo ignorante que es la población general en cuestiones de ciencia (además de estar compuesta por gran número de borregos y ciudadASNOS). En la actualidad, casi la mitad de los adultos de Estados Unidos cree en la astrología, en ángeles y demonios, y en que estamos siendo observados por extraterrestres llegados en ovnis que abducen con frecuencia a seres humanos. Más de la mitad cree que la evolución es una teoría no demostrada.
En esta coyuntura, la figura de Gardner fue fundamental, como esa pequeña tuerca que, de faltar en un complejo mecanismo, provoca que todo él se descoyunte. Stephen Jay Gould dijo de él:
"Gardner, posiblemente el más ingenioso “desenmascarador” de fraudes científicos de nuestra época, hace uso de décadas de experiencia para desbaratar las proclamaciones de la Nueva Era y las investigaciones dudosas de eminentes científicos. Afrontando las máximas de la seudociencia con una mirada aguda y escéptica. (…) Durante más de medio siglo, Martín Gardner ha sido el faro más luminoso en la defensa de la racionalidad y la auténtica ciencia."
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