lunes, 12 de abril de 2010

La electricidad

Los primeros que observaron fenómenos eléctricos fueron los griegos. Tales de Mileto (640-546 aC) observó que al frotar ámbar con seda se producían chispas y que posteriromente el ámbar adquiría la propiedad de atraer cosas pequeñas como trozos de paja, pelusa... De ahí el nombre de electrón (que en griego quiere decir ámbar).

El físico inglés William Gilbert (1540-1603) realizó los primeros estudios serios sobre electrostática. Diseñó el electroscopio, formado por un material conductor que al final estaba dividido en dos pequeñas láminas. Al electrificarlo, éstas se separan por repulsión.

Si frotamos una varilla de ebonita con piel, los electrones menos atraídos por el núcleo atómico saltarán de la piel a la barra de ebonita. La barra de ebonita se cargará negativamente y la piel positivamente, puesto que ha perdido electrones. La electrificación por frotación se denomina efecto triboeléctrico.
Ahora que tenemos una barrita cargada negativamente podemos atraer objetos por inducción de carga. Si tenemos objectos neutros (no cargados) podemos inducirles un dipolo (es decir, una separación de cargas), acercando el objeto cargado. Al acercar la barra de ebonita cargada negativamente, los electrones del objeto se alejarán por repulsión, creando una zona de carga positiva neta, que se verá atraída por la barra.

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