Los fertilizantes NPK deben su nombre a que suministran
los tres elementos químicos que se corresponden con las siglas NPK:
nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). El NPK 15-15-15 C es un
fertilizante complejo que, en 100 kilos de abono, contiene 15 de
nitrógeno, 15 de fósforo (en forma de pentóxido de difósforo, P2O5) y 15
de potasio (en forma de óxido de potasio, K2O). La C final identifica
la categoría de los fertilizantes que están mezclados con materias
inertes. Con esa mezcla se trata de reducir los riesgos tóxicos como
consecuencia de un incendio o una explosión.
Los de tipo C no son considerados peligrosos por la
ONU, según información publicada por la consultora de ingeniería LEA,
pero si se calientan en recipientes cerrados puede producirse una
reacción violenta, especialmente si entran en contacto con sustancias
como azufre, níquel, zinc o polvos metálicos.
Un fertilizante es una sustancia que aumenta la
fecundidad de las tierras y los NPK aportan tres de los macronutrientes
necesarios para el desarrollo de los vegetales. El nitrógeno (N) es
esencial para el crecimiento de las plantas, aumenta el contenido en
proteínas, participa en la fotosíntesis y forma parte de todas las
células. El fósforo (P) interviene en la fotosíntesis, en el
almacenamiento y transferencia de energía, en la división celular,
promueve la formación y el crecimiento de las raíces. El potasio (K)
contribuye a evitar organismos invasores.
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