Muchos trillones de quilates de los llamados "diamantes
de impacto" es lo que contiene el cráter Popigai, una enorme depresión de unos
cien kilómetros de diámetro -el séptimo
cráter de impacto más grande del mundo- en el este de Siberia, que se formó por
la colisión de un meteorito hace 35 millones de años.
El gigantesco depósito -bastaría para cubrir
las necesidades de la industria durante 3.000 años- se formó por la enorme presión y las altas temperaturas
durante el choque, que hizo que el grafito del suelo cristalizara de inmediato y
se convirtiera en polvo de diamante. Para los científicos rusos que han
constatado el hallazgo, éste podría
constituir la mayor reserva mundial de diamantes para uso industrial por su
extraordinaria dureza, no apta para la joyería. Sin embargo, son necesarios nuevos
estudios para conocer el valor económico y científico del hallazgo, ya que la
mayoría de los diamantes usados en la industria son fabricados
artificialmente.
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